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El Nueve y Medio

·17 de junio de 2020

La conspiración de Bielefeld

Imagen del artículo:La conspiración de Bielefeld

Artículo hecho en colaboración con Toto Münstermann.

„Es gibt Bielefeld nicht”. Los internautas de cada país tienen una región que se desconoce: los mexicanos lo dicen con Tlaxcala, los españoles niegan la existencia de Murcia, los argentinos creen que no existe la Pampa, en Estados Unidos la teoría es que Wyoming es un estado intruso, y para los alemanes, es la ciudad de Bielefeld. La misma canciller alemana Angela Merkel también ha contribuido a alimentar esta “teoría de conspiración”, aunque más bien es una frase para relajar el ambiente tenso. Aunque no lo creas, los alemanes tienen sentido del humor. ¿Cómo lo toman en Bielefeld? Su mismo alcalde ofrece un millón de euros a quien pruebe exitosamente que Bielefeld es un invento del gobierno alemán para dominar a todos.


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En 1994, Achim Held, del grupo de noticias talk.bizarre fue quien le dio realce a esta teoría. Tomó a esta ciudad localizada en el Bundesland de Renania del Norte-Westfalia de 300.000 habitantes y declaró que es inexistente. A la postre, Held terminó estudiando informática. Esta frase se volvió meme antes del surgimiento de páginas como Reddit y 4chan y lleva 25 años sin perder popularidad en Alemania. ¿Por qué no ha perdido popularidad? Te damos un ejemplo: en 1999, las autoridades locales ofrecieron una rueda de prensa que decía “Bielefeld gibt es doch!” (¡Claro que existe Bielefeld!). El problema es que la fecha de ese comunicado fue el 1° de abril, el día de los inocentes.

En un tiempo donde es muy fácil caer en las teorías conspiracionistas o paparruchas, la conspiración de Bielefeld tiene todavía sus creyentes. Para demostrar que Bielefeld es un producto de campañas de desinformación del gobierno de Alemania, se hacen tres sencillas preguntas:

  • ¿Conoces a alguien de Bielefeld?
  • ¿Has estado alguna vez en Bielefeld?
  • ¿Conoces a alguien que haya estado en Bielefeld?

Si respondes a todas que no, ¡felicidades! Acabas de demostrar que no existe. No es tan difícil obtener esas respuestas: no sufrió muchos daños en la II Guerra Mundial, no tiene gran atractivo turístico, no tiene oficinas gubernamentales relevantes, su acento es bastante similar al alemán estándar… Por cierto, la autopista A2 apenas pasa por las afueras de Bielefeld. La vía del tren que une a Dortmund con Hamburgo y Berlín sí pasa por el centro de Bielefeld, pero su estación estuvo en constante remodelación hasta 2007, justo cuando internet no era tan accesible al público y era mayor el caldo de cultivo para la desinformación.

¿Qué pasa cuando respondes afirmativamente cuando menos a una de las preguntas? Te mirarán con sospecha y suspicacia. Aparentemente eres espía del gobierno y trabajas para la agencia Sie, traducida como “ellos” en alemán. Te inventarán que estás tapando proyectos de agencias como la CIA o el Mossad. Llegarán a preguntarte que seguramente has visto OVNIs que hacen experimentos en la Universidad del lugar.

Ayer acaba de regresar a la Bundesliga el DSC Arminia Bielefeld después de transitar por una noche demasiado oscura que duró 11 años. En esa crisis llegó a caer a la 3. Bundesliga, y parecía que año tras años se conformaba con ser un equipo de media tabla, lo suficiente para no regresar a ese infierno, pero no tanto como para aspirar a regresar a la élite. En esa mediocridad se quedó sin estadio, pero ganó estabilidad financiera. El empate a un tantos del club hermano Hamburger SV lo metió de nuevo, coronando una gran campaña a cargo del estratega Uwe Neuhaus. No soltó el liderato desde la jornada 15.

Su nombre se deriva del jefe de los queruscos llamado Arminio, que paró en seco a las huestes romanas de Publio Quintilio en la batalla del bosque de Teutoburgo. Gracias a esa derrota, los romanos tardaron mucho tiempo en volverse a aventurar más allá de los confines de la Germania Magna. El nombre de Arminio inspiró a alemanes apenas reunificados por la labor de Otto von Bismarck: para ellos, Arminio debía capitanear a la alianza germánica y devolverles la gloria.

Dentro de los escasos logros del DSC Arminia Bielefeld está ganar el campeonato de Alemania Occidental en los años 20, llegar al subcampeonato de la Gauliga de Westfalia en 1940, ser uno de los únicos dos equipos que le pudieron ganar al todopoderoso Schalke 04 dos años después, un 4-0 al FC Bayern München en 1979 y ser el segundo equipo de tercera división en llegar a semifinales de la DFB-Pokal en 2015. Como contrapeso, el Arminia Bielefeld también estuvo envuelto en escándalos de amaño de partidos en los años 70, que lo mandaron de la Bundesliga a la Regionalliga.

El DSC Arminia Bielefeld ha albergado a grandes jugadores internacionales de destinos inusuales. Aquí estuvo el iraní Karim Bagheri (کریم باقری) famoso por haber metido siete goles en un partido de clasificación mundialista (el 17-0 contra Maldivas). También estuvo el internacional Patrick Owomoyela, con paso también por la Bundesliga de basquetbol. Y ahora está Jóan Símun Edmunsson, el único seleccionado de Islas Feroe que juega fuera de Escandinavia.

Te habíamos dicho que el Hamburger SV empujó a su compañero de la Nordallianz (junto con el Hannover 96) de vuelta a la Bundesliga gracias a un empate a un gol. ¿Contra quién fue? Nada menos que contra su rival el VfL Osnabrück. Para ellos, es un duelo contra los hermanos de otra familia. Osnabrück en teoría pertenece a Westfalia, pero en la práctica tienen mayor relación con el Bundesland vecino de Niedersachsen. Otro rival tradicional es el VfL Fichte Bielefeld, pero ahora se reduce a un amistoso tradicional por año. En los 90, surgió la rivalidad “fashion” contra el VfL Bochum. Pero nada se compara con la rivalidad contra el SC Preußen Münster. La razón es la jovialidad de ambas universidades. Uno de esos duelos ahora tiene el récord de asistencia en la 3. Bundesliga.

La Bundesliga ahora es un agente más de Sie y regresará a Bielefeld cada 15 días para desmentir su inexistencia… conspiración que, por cierto, Achim Held ideó tras una noche de farra filosófica con un ávido lector de New Age.

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